Escuché una vez a un viejo decir en un bar que un hombre con
el tiempo se acostumbra a todo, se acostumbra
a vivir en la Ponia a menos de cuarenta grados, se acostumbra a estar en una silla de ruedas, a perder un brazo, a no
tener padre.. Decía ese viejo que era la estúpida manera que teníamos de poder
seguir siendo infelices.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNxV7wC4_OFgRPv8vFZSm3QLv1Cc5IUcUWGHWlMFXxrv5-xCpp-LelX8Z-ndGN8NcDCN4PeRohmTx5B94el_-0TL0W6JEwjQUxr83uXRNkL0yWAmfTIjonIIOnfJJ0eJ4WijC3FQ_pQNY/s320/tumblr_mh79k2HrBc1s49l12o1_500.jpg)
Pero hay cosas que no te acostumbras ni con todo el tiempo
del mundo, ni te acostumbras al otro hueco de la cama, nunca te acostumbrarás a
no ver su sonrisa o a dejar de pedir dos copas en un bar, o a comprar dos
entradas para un concierto, a no notar su olor ni sus besos, ni a que se te
reviente el alma cada vez que te mires al espejo y te das cuenta de que eres el
gilipollas más grande del mundo por haber dejado escapar al amor de tu vida.
Betmls.
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